En el año 2005, el director de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer acuñó un nuevo término, el exposoma, para intentar cuantificar todo aquello que no es debido a la genética y que predispone a padecer una enfermedad.
El exposoma tiene especial relevancia en el caso de la piel, es un complemento al concepto de capital solar.
Qué es el exposoma
Se puede relacionar el exposoma con la memoria de la piel cuando va acumulando cualquier tipo de agresión debida a factores ambientales y de exposición, no los debidos a la edad biológica. Podríamos entender el exposoma de la piel como el daño acumulado que sufre y que ha sido debido a factores externos. Si los factores causantes del daño son externos, es posible eliminar algunos y reducir la incidencia de otros, por lo que el exposoma en la piel resulta un análogo del capital solar: ¿cuánto más puede resistir una piel antes de desarrollar signos de envejecimiento irreparables o cáncer como consecuencia de daños en el ADN celular?
Cómo afecta al envejecimiento de la piel
Cuando se definió el exposoma se establecieron siete factores a variables que influyen en el riesgo de desarrollar una enfermedad crónica o un daño permanente en la piel:
- la exposición acumulada a radiación solar;
- la contaminación ambiental de la zona en que se vive;
- el tabaco;
- la temperatura ambiental en climas extremos;
- la buena o mala nutrición, el estrés;
- falta de sueño; y
- el uso de cosméticos inadecuados.
Cuando hablamos de envejecimiento de la piel también nos referimos a daños acumulados en las proteínas que tienen funciones estructurales, en la capa de lípidos subcutánea y en el ADN. Este daño se produce tanto por el envejecimiento biológico como por factores externos, que son los que más influyen en la mayoría de las personas y llegan a multiplicar por cuatro o por cinco el daño debido a la edad. La consecuencia es que, salvo en aquellas personas que han cuidado su piel desde su nacimiento y han tenido la suerte de nacer en zonas de climas suaves, libres de contaminación ambiental, gozan de excelente salud física y mental y disfrutan siempre de un sueño reparador (¿existirá algún caso?), el exposoma de la piel es la variable que mayor peso tiene en el envejecimiento cutáneo.
Si consideramos el exposoma de manera análoga al capital solar, en la actualidad se puede conseguir un poco más de capital o de aguante antes de los daños irreparables si, cuando aparecen los problemas de arrugas o de flacidez facial reforzamos nuestra piel con un tratamiento fotorrejuvenecedor por láser.
En cuanto a las manchas de hiperpigmentación, que también tienen una relación estrecha con el exposoma, se solucionan con un tratamiento láser, pero debes tener en cuenta que el láser todavía no es capaz de reparar los daños en el ADN, por lo que si ya aparecen arrugas o descolgamiento y manchas en la piel, es el momento de minimizar la presencia en tu vida de los siete factores que influyen en el exposoma. Considéralo el último aviso de tu organismo antes de tener muchas papeletas para sufrir alguna enfermedad importante en la piel.