La papada es la acumulación indeseada de grasa en la zona situada bajo el mentón. Es un problema estético o algo más serio, pues puede ser uno de los factores implicados en la apnea del sueño.
La papada puede aparecer a cualquier edad en casos de obesidad, aunque lo habitual es que se presente sobre todo en personas de mediana edad que no necesariamente presenten problemas de obesidad. En estos casos, la papada o doble mentón es la suma de una acumulación localizada de grasa en la zona submentoniana, que puede llegar a extenderse a la parte superior del cuello, y de un problema de flacidez facial. También existen personas que presentan papada por una predisposición genética.
Vamos a ver qué hacer para prevenir la aparición del temido doble mentón y cómo reducir la papada si ya hemos llegado tarde o si la genética se empeña en ponernos el asunto complicado.
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Prevención de la papada
Seguro que te lo esperas: para reducir la posibilidad de sufrir papada en el futuro conviene esforzarnos por mantenernos dentro de la horquilla del normopeso, evitar los cambios bruscos en la báscula, cuidar mucho la piel de la zona submentoniana y del cuello, usar filtros solares a diario y, ante el menor síntoma, realizar unos ejercicios específicos para tonificar los músculos del cuello implicados en la sujeción de los tejidos situados bajo el mentón.
En la infancia y durante la juventud, si se sufre de obesidad y se baja peso se elimina la papada, aunque debes tener cuidado y bajar de peso de manera lenta o moderada para evitar que la piel quede flácida y más propensa a lucir papada en el futuro. No obstante, si has perdido peso de forma brusca, la cosmética y algunos tratamientos estéticos pueden ayudarte a devolver a la piel su tono.
Radiofrecuencia facial Indiba para reducir la papada y afinar el cuello
Cuando nos preguntan cómo quitar la papada sin cirugía, lo primero que recomendamos en el tratamiento de radiofrecuencia facial Indiba, que es la alternativa perfecta al lifting en la piel del cutis, el cuello y el pecho.
Con resultados que se aprecian desde la primera sesión, este tratamiento médico-cosmético no invasivo consiste en aportar calor a la zona para estimular la síntesis de colágeno junto con una radiación que acelera el intercambio iónico celular. La piel recupera firmeza y luce más luminosa y descansada.
En zonas como el cuello, recuperar la firmeza de la piel redefine el aspecto y ayuda a disimular una papada no exagerada, la típica que empieza a aparecer a partir de los 40, tanto en hombres como en mujeres.
El cuello es una zona muy delicada porque a ras de piel pasan vasos capilares muy importantes, pero la radiofrecuencia facial Indiba, al ser no invasiva, es un tratamiento seguro. También es recomendable para reafirmar el rostro —no solo el cuello— de quienes han bajado de peso de forma brusca.
La cirugía es para casos extremos
Si hablamos de cómo eliminar la papada, en general, es necesario citar la cirugía estética. Esta cirugía combina una liposucción en la zona problemática con un lifting o, al menos, con la retirada del tejido de piel sobrante.
Pero como te contábamos, el cuello es una zona muy delicada y se pueden producir accidentes peligrosos cuando se debe operar un cuello, incluso por cuestiones médicas y con cirujanos especialistas.
Por tanto, aunque la cirugía de la papada es algo a lo que, de manera voluntaria, puede someterse una persona sana, nos gustaría que tengas en cuenta lo siguiente:
- Si sufres de obesidad mórbida, no eres un paciente apto para someterte a una operación que no sea imprescindible, por el riesgo de la anestesia.
- Si tu papada se debe a la obesidad, eliminar la grasa de esa zona no servirá de mucho. Además es mejor para ti probar a perder algo de peso.
- Si presentas una papada pronunciada pero debida en gran medida a la flacidez, con los tratamientos estéticos, en forma de serums y de tratamientos no invasivos en cabina, casi seguro que podrán mantener bajo control tu problema. Recuerda que, en esta zona, un poco de volumen de más o de menos se nota mucho.
Existen muchas maneras de evitar o controlar una papada. La primera es la prevención con el cuidado diario de la piel, que se puede reforzar con unos simples ejercicios o yoga facial.
Cuando hay problemas de acumulación de grasa porque la persona que presenta papada es obesa, le animamos a que baje un poco de peso y, a la vez, intente tener la piel de la zona lo más tonificada posible. La grasa submentoniana realiza un efecto de tracción sobre la piel que va destruyendo las fibras de colágeno, causando flacidez y llevando a un círculo vicioso.
Si tu papada es debida a la flacidez en la piel y la falta de tono muscular, estás de suerte porque es el caso en el que se obtienen mejores resultados y más rápidos con tratamientos no invasivos. La cirugía en una zona tan delicada solo nos parece una opción a considerar en casos puntuales, estando el paciente informado de los riesgos asociados al procedimiento.